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jueves, 18 de junio de 2015

¿Hombre Divino?


Atractivo de verdad.
No sé en qué momento empecé con este dilema. ¿Será posible encontrar a un hombre que reúna todos “mis requisitos”? ¿Alguien que en la primera cita, no se emborrache, te mire a los ojos, te bese sutilmente y no te pida a gritos llevarte a la cama?

Qué esperamos nosotras las mujeres de ellos y viceversa. En principio no creo que podamos generalizar, así que hablaré en primera persona. El hombre con quien salga tiene que ser atractivo, que no es lo mismo que ser “guapo”, nada de estereotipos. Tiene que ser muy inteligente en lo que hace, no creo en los “súper talentos”; es importante que haya encontrado “su elemento” y trabaje planificadamente en busca de sus ideales.

Me gustaría que pueda ser verdadero, en lo que dice y lo que hace. Eso desde ya, descalifica a un gran porcentaje de hombres. ¿Por qué nos cuesta tanto decir la verdad? ¿Por qué no decir que apeteces compartir con los amigos, que quieres ir a ver a tu ex, que necesitas meterte un trago, que quieres conocer a otras mujeres o por último que no pides “exclusividad”?

La vida sería más sencilla, un poco de respeto por los intereses del otro y su agenda personal. Alguien que no se preocupe en decir si te ama o no, o que ama a otra persona. Alguien lo suficientemente valiente para hacer y decir lo que le dé la gana, con tranquilidad y respeto, sin tanto miedo, ni prejuicio.

Alguien que se preocupe y actúe desde su elemento, por el bienestar del resto, que no viva abstraído de la realidad del mundo. Que no vea tv basura y que no sea un “personaje” común y corriente, a pesar de su “naturaleza”, cuando quiera sexo.

Que te haga el amor con calma y con plena intensión de hacerte feliz, sin preguntarte quién te lo hizo primero o quién lo hace mejor. Que te dé tu espacio y se dé el suyo, que le guste aprender, leer, comunicarse abiertamente, que pueda expresar sus sentimientos sin temor a ser calificado de marica.

No es tan sencillo. Esto parece ser una petición imposible. Pero no quiero pecar de optimista ni de todo lo contrario. Quizás no aparezca nunca, quizás no exista. Quizás sea yo la que no atraiga ese tipo de hombres. Pero qué más da.

No quiero nada a medias, sé que no existe el  “hombre ideal”, sé que tendrá millones de problemas como yo. Pero buscar que sea atractivo, ame lo que hace, exprese con sinceridad lo que piensa y siente, y respete tu espacio. ¿Es exigir mucho? No. Prefiero estar libre y sola en viaje constante, sin predecir ni meditar en emociones ajenas. Prefiero ser yo con el mundo y por el mundo, que mentiras estúpidas e innecesarias.

Me gustaría sí, pero no me muero si no estás.





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