Al diablo con la biología del amor, el sexapil y las hormonas.
con la dopamina y su maldita zona ventral obsesiva.
No existe vasopresina de sobra, ni hay forma de inyectar fidelidad.
Tanto conjuro químico, biológico y neural, me parece un cóctel estúpido.
Yo no sé hasta qué punto tolere racionalmente lo que me provocas
Y hasta donde me dé el cuerpo para abandonar tus besos imaginados
Qué va a pasar cuando nos deje de funcionar el Skype
Dónde va ir a parar nuestras ganas, cuándo se van a juntar.
Lo cierto es que me importa un comino el mecanismo cerebral
Mi producción de hormonas sexuales es inagotable
Lo concreto es que hoy quiero verte y sé
que no podrás abandonarte.
Mientras tanto, juego con mi serotonina haciendo yoga
Velo mi ritmo cardíaco y temperatura corporal
navego en mi flujo sanguíneo sereno y
Me resigno abatida aunque quiera beberte entero.
Yo no sé hasta qué punto tolere racionalmente lo que me provocas
Y hasta donde me dé el cuerpo para abandonar tus besos imaginados
Qué va a pasar cuando nos deje de funcionar el Skype
Dónde va ir a parar nuestras ganas, cuándo se van a juntar.
Lo cierto es que me importa un comino el mecanismo cerebral
Mi producción de hormonas sexuales es inagotable
Lo concreto es que hoy quiero verte y sé
que no podrás abandonarte.
Mientras tanto, juego con mi serotonina haciendo yoga
Velo mi ritmo cardíaco y temperatura corporal
navego en mi flujo sanguíneo sereno y
Me resigno abatida aunque quiera beberte entero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario