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martes, 4 de diciembre de 2012

Conquistador

He perdido el sentido de mi brújula. ¿Tú eres mi brújula o simplemente un fantasma perdido en mi tiempo?
Has fluctuado en mi terreno más de una vez, no sé cómo, no sé por qué insistes en retenerme en tu memoria, en encapsularme en tus poemas y en tu melancolía.
Has adivinado mi corriente experimental.  He fingido sensatez. No sé  cuántas veces has entrado y saltado la verja de mi casa sin preguntármelo, sin oír mi deseo.
Has ultrajado mi vida desde aquél encuentro, tus manos me han simulado el camino, volcando mi fascinada curiosidad por ti.
Terno y corbata, experiencia y deseo. Tú, cuerpo irrefrenable,  desventura,  pasión,  celos.  Quieres sumergirte en mi acuario, en mi pequeño espacio vital de soledad. No es prudente. 
Mi cuerpo es incongruente con mi espíritu. Existen ciertos artificios que obstruyen el camino. He intentado abrir mi fosa, por sí hay alguien que se atreva a venir. Hay quienes sí rondean, engañados por mi envestidura; sin conocer el hondo de mi.
Tú, con tus vientos añejos quiebras mi derecho, mi justicia y mi libertad. Amarras tu sendero a mi navío quebrando mi habitad natural. Tú, egocéntrico y conquistador, ¿me has preguntado si quiero naufragar?
Tú, que has armado mi serenidad, mi política de vida, mi religión, que más puedes provocar.

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